“Envasado y para llevar”, así se ha organizado este año, sin colas y sin esperas, en la plaza Nueva de Bilbao, desde las 10:00 hasta las 14:00 h., “ración de roscón solidario y vaso de chocolate, en las mejores condiciones, que respeten y subrayen las necesarias recomendaciones sanitarias, en este momento de pandemia que tanto sufrimiento está provocando a tantas personas y sus familias”, ha explicado Bargos.
El director de Cáritas ha señalado que siguen convocando este evento “para evitar el riesgo de olvidarnos y de silenciar a las personas más frágiles” y que este año, los ingredientes del roscón son: tenacidad, firmeza, perseverancia, empeño, constancia… “imprescindibles para que la solidaridad sea sólida y el compromiso con las personas sea estable”.
Con esta convocatoria quieren tratar de olvidar el silencio y conseguir que la indiferencia “no sea otro efecto secundario de la pandemia que nos tiene tan enfocados y focalizados”. “Hoy –ha dicho- no podemos permitirnos el silencio ni el olvido, porque esta pandemia nos está dejando muchas secuelas, no sólo en salud, también sociales y económicas, por eso no podemos dejar de convocar este acto, destacando su función reivindicativa. El Covid no nos puede callar”.
Bargos también ha señalado que la pobreza grave ha crecido, alcanzando a más de 130.000 personas en Euskadi y que han aumentado los hogares que se han visto obligados a vender propiedades, o a cambiar de vivienda o colegio para hacer frente a problemas económicos, “durante la pandemia las condiciones de muchas familias con hijos o hijas menores se ha deteriorado, dando como resultado un repunte en la pobreza infantil que este año ha alcanzado más de un 11% en menores de 14 años”.
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