«En el año 1969 culminó en San Antón una reparación en la que desaparecieron múltiples retablos. Entre ellos, el Altar Mayor y el de la Virgen de Begoña. En el vacío dejado por este retablo se instaló un sobrio altar de piedra y en la pared una bella talla del escultor Larrea, años más tarde policromada, fiel reproducción de la imagen del Santuario de Begoña«, subraya en su crónica Óscar González Gasquet. Prosigue ofreciendo más detalles en torno al origen del himno a la Virgen, explicando que, sobre la pared se puede leer la inscripción `Begoñako Andra Mari Bizkaiko zaindari´. De ahí brotó la inspiración del párroco de San Antón y escribió las cuatro estrofas en euskera, a las que puso ritmo de Zortziko el organista, Arturo Intxausti.
Una ofrenda especial en su funeral
Intxausti falleció el 18 de noviembre de 1986. Al día siguiente se celebraron sus exequias en la iglesia que tanto quiso y sirvió, en San Antón. En el momento de la ofrenda, su viuda, Sara Fuertes, presentó el nombramiento episcopal extendido en 1922 a favor de Arturo para la plaza de organista y Maestro de Capilla de la parroquia San Antonio Abad.