La cita también sirvió para recordar a compañeras y compañeros, personas cercanas, familiares y amigos que nos han dejado en este tiempo de pandemia. Finalizamos un curso complejo, en el que la confianza y esperanza va abriéndose paso ante la incertidumbre y el miedo «queremos -explica Moreno- afrontar el próximo curso con unas energías renovadas, este tiempo nos ha hecho conscientes de la importancia y el sentido de nuestro servicio con las personas que más sufren, así que queremos que el año que viene la Pastoral de la Salud refuerce su presencia en las comunidades, seguir siendo testimonio del amor de Dios con las personas enfermas».
Ganas e ilusión para el próximo curso
Al finalizar, Teresa Reyzabal, de Pastoral de la Salud de la Unidad Pastoral Autonomía Indautxu, resaltaba lo positivo del encuentro de ayer, en el que «por fin nos hemos podido encontrar presencialmente» y al que acudió gente de grupos de Bilbao, Elorrio Santurtzi, Bilbao o Sestao, entre otros lugares. Pudieron compartir y poner en común sus experiencias de este tiempo especial en el que «hemos hecho lo que hemos podido», dice Teresa, que destaca que ha habido «mucha imaginación» para poder acercarse de alguna manera a las personas enfermas y mayores y para poder seguir haciendo cosas, a pesar de todo tipo de restricciones que se encontraban, sobe todo a la hora de visitar a las personas enfermas en las residencias «presencial hemos podido hacer muy poco, pero lo que se ha podido se ha seguido haciendo, las visitas se han suplido con llamadas y cartas, se ha intentado llevar la comunión hasta las puertas, aunque no hayamos podido entrar…» El curso que viene se espera que sea mucho más normal y lo afrontan «con mucha ganas e ilusión».