Las familias llegaron a finales de marzo y desde Caritas Bizkaia se encargan de ofrecerles cobertura en los temas administrativos, jurídicos y de atención médica, ya que algunos de ellos han tenido que interrumpir los tratamientos que recibían en su país. Se han organizado tres turnos para atender las necesidades de las personas refugiadas acogidas. En cada uno de ellos hay alguna persona que conoce el idioma. Es el caso de Nataliya Shapoval, quien llegó hace 20 años a Euskadi. Vivía a 150 kilómetros de la capital y parte de su familia ha tenido que huir de su casa tras los bombardeos. Por suerte, sus padres se encontraban con ella cuando estalló la guerra.
«En Derio intentamos que las personas acogidas se encuentren lo mejor posible«, subraya Nataliya. Hay casos duros, «por ejemplo hay una profesora y logopeda que ha llegado con su hijo que tiene autismo. Son personas que hasta el 24 de febrero tenían una vida normal». Otra familia tardó un mes en reencontrase ya que, en el momento de la invasión, el padre estaba esquiando con su hija, la madre se había quedado a cargo del niño y otra hija estaba compitiendo fuera. Son ejemplos de vida que dan idea de la vida que tenían muchas de las personas que están entre nosotros. Otros, desgraciadamente no lo pueden contar.
La revista diocesana Alkarren Barri-Comunicación recoge la información en su último número.
27 Ukraniar dagoz Gernikako Mesedeetako komentuan. Monjak ez eze, boluntarioak be badagoz hizkuntzeagaz be laguntzen. Komentuko egunerokoa aldatu da baina Belen Olarreta, bertako nagusiak dinoanez, orain toketan dana hauxe da: abegikorrak izatea.