A las doce y media del mediodía dio comienzo el acto en la Catedral Metropolitana de Valladolid, que se quedó pequeña para acoger la misa estacional que proclamó al prelado abulense. La gran afluencia de fieles en la seo, provocó que el desfile que dirigía a Blázquez hacia altar para comenzar la ceremonia, tuviera que marchar por fuera de la catedral, desde la zona del Museo, hasta la entrada principal del imponente edificio. Allí fue recibido por los representantes del Cabildo y del Colegio de Consultores y, el Nuncio, Renzo Fratini presentó a Blázquez al deán: «Os presento al que desde ahora presidirá vuestras celebraciones en esta catedral de Nuestra Señora de la Asunción, como obispo de esta Iglesia particular de Valladolid», fueron sus palabras. Todo ello era seguido también por los 400 sacerdotes y diáconos que se habían situado en los cruceros de la catedral. Una vez dentro, los feligreses abrieron paso al que ya era su nuevo arzobispo que, siguiendo el ritual, alcanzó el cabecero de la catedral por detrás del numeroso abanico de prelados llegados hasta la ciudad.
Durante su homilía de toma de posesión, mons. Blázquez expresó su «comunión profunda, cordial y obediente» con el Papa y defendió que las dificultades «no paralizan» a la Iglesia. «Más bien, nos impulsan a poner en el Señor nuestra confianza, a redoblar los esfuerzos y así llegará la barca a la otra orilla», añadió. También mostró en su homilía la importancia de la formación: “Sin sólida formación cristiana no hay suficientes criterios para orientarnos en el ambiente general y en la opinión pública” y destacó las figuras del sacerdote y periodista José Luis Martín Descalzo y el escritor Miguel Delibes. (El texto íntegro de su homilía está reproducido en esta misma página web en la noticia inmediatamente anterior a ésta).
En la ceremonia participaron además del nuncio del Papa mons. Renzo Fratini, el cardenal arzobispo de Barcelona, Luís Martínez Sistach, así como el cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo emérito de Valencia, y el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo. Igualmente, procedentes de la Comunidad Valenciana, acudieron además de monseñor Carlos Osoro, los obispos de Orihuela-Alicante y Segorbe-Castellón, monseñores Rafael Palmero y Casimiro López, respectivamente. Todos ellos presidieron una ceremonia redondeada por los 48 obispos, entre ellos Braulio Rodríguez y José Delicado Baeza, predecesores de Blázquez en el cargo.
También las raíces de monseñor Blázquez tuvieron su hueco, ya que, al margen del autocar que partió de Ávila, la catedral también congregó a sus cinco hermanos -Jesús, Carmen, Simeón, Victoriana y Andrés-, además de sus diez sobrinos, primos y cuñados.
Al principio de su intervención, mons. Blázquez se dirigió con «particular afecto» a los numerosos fieles de Bilbao presentes en la catedral vallisoletana y destacó que «ocuparán siempre un puesto de privilegio» en su corazón. Además acudieron un grupo de seminaristas de Bilbao. En representación del Ayuntamiento bilbaino estuvieron el primer teniente alcalde, Ibon Areso (PNV), como Txema Oleaga, portavoz del PSE-PSOE. También acudió José Antonio Pastor, del PSE; los diputados Óscar Seco y Susana González y Carlos García Andoain, en su día director del Servicio de Formación de Laicos de la Diócesis de Bilbao y que actualmente trabaja en el equipo de la vicepresidenta del gobierno, Teresa Fernández de la Vega. Además se encontraban presentes el presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago, el vicepresidente del Gobierno autonómico, Tomás Villanueva, el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, el presidente de la Diputación provincial, Ramiro Ruiz Medrano y el presidente de la Audiencia Provincial, Feliciano Trebolle.
18.04.2010
Más de 3.000 personas acompañaron a mons. Blázquez en su toma de posesión en Valladolid
Más de 3.000 personas acompañaron ayer al XIV arzobispo de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez en su toma de posesión, relevando así a mons. Braulio Rodríguez, quien abandonó la Diócesis vallisoletana para ocupar el cargo de arzobispo de Toledo y primado de España.