El salón de grados de la Universidad de Deusto se llenó ayer para escuchar a mons. Blázquez que pronunció una charla de estilo biográfico y testimonial en la que bajo el título general de “Ministerio de un obispo y sentido de la vida” fue desgranando distintos momentos de su vida y su vocación. Su intervención estuvo precedida de la presentación del sociólogo Javier Elzo, presidente del Forum Deusto. Monseñor Blázquez habló de su infancia e hizo unas reflexiones sobre Dios y el hombre “cómo se encuentra la persona y Dios”. Se refirió a su numerosa familia y su experiencia de “la gracia de compartir” también contó que “el contacto con el sacerdote del pueblo despertó en mí el deseo de ser como él” y que cuando le propusieron ir al seminario él ya tenía clara la respuesta. También quiso resaltar que “sentido de la vida quiere decir meta que orienta a una persona”. El obispo se remontó con entusiasmo y gratitud a sus años en el seminario de Ávila de los que guarda “un gran recuerdo” y del Concilio Vaticano II, que “dejó en él una huella profunda y fue seguido con una inmensa esperanza”. “En el tiempo del Concilio la esperanza estaba saturada de entusiasmo”, añadió. En la vida de todos hay dificultades y él no dudó en exponer dos momentos difíciles de su vida. En concreto durante dos tandas de Ejercicios Espirituales: el primero de ellos siendo estudiante de filosofía, cuando tuvo una crisis de fe, que “me dejó sin tierra debajo de los pies” y un segundo momento siendo ya obispo de Bilbao por las dificultades vocacionales de nuestra diócesis. Durante su intervención también quiso dejar claro que “La Iglesia es mucho más de lo que aparece en los medios de comunicación. Es sacramento de salvación de los hombres. Lo más importante en la Iglesia no aparece en los medios de comunicación”, y se refirió a que la Iglesia tiene “realidades preciosas como Cáritas, Manos Unidas, Hontza, comedores para personas sin recursos… y que aunque “no se trate de ir tocando la bocina, no terminamos de transmitir que esto forma parte de la historia del evangelio de la Iglesia”. “No seamos tampoco antipáticos” dijo sobre las formas de transmitir los mensajes que en algunas ocasiones pueden resultar un tanto negativas “necesitamos que la testificación de la verdad no sea con acritud, que sea amable, y sencilla. Yo creo que eso es lo que necesitamos. Siempre tenemos que ser personas que con su propia vida muestren el anuncio positivo del evangelio”. Se refirió apenado a la dificultad de la Iglesia para llegar a los jóvenes “siento mucho y me duele porque no terminamos de llegar a ellos y estoy convencido de que hay muchos jóvenes que están esperando”, y realizó una llamada a los creyentes en el sentido de ser valientes a la hora de expresar el testimonio y ser también realmente demócratas con otros que tienen otros sentimientos religiosos. A una de las preguntas que se le hicieron al final de su intervención sobre la docilidad de los fieles a la hora de aceptar a los obispos (en referencia al último nombramiento realizado en la diócesis de San Sebastián), mons. Blázquez contestó: “yo he felicitado a nuestro hermano. Le he dado la bienvenida y me he ofrecido en lo que pueda ayudarle. Yo pido, para nuestra diócesis hermana, la paz en la Iglesia que es una cuestión muy importante” y concluyó asegurando que está convencido de que poco a poco se irá solucionado el problema, remitiéndose a las dificultades iniciales que él mismo tuvo a su llegada a nuestra diócesis en el año 1995 y que “se fueron resolviendo relativamente pronto” también señalo que había tenido “dificultades y grandes satisfacciones”. La última cuestión que le propuso Javier Elzo fue que evaluará con una nota de (0 a 10) estos 14 años como obispo de Bilbao a lo que contestó que “como decía San Pablo, el que me juzga es el Señor”.
21.12.2009
“El Concilio dejó en mí una huella profunda”
Esta es una de las afirmaciones que hizo el obispo de Bilbao, mons. Ricardo Blázquez, durante su intervención en el ciclo “Vivir ¿pará qué?” del Forum Deusto, que fue clausurado ayer y que ha venido desarrollándose desde hace dos años cuando fue inaugurado con una ponencia de la vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega.