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01.10.2008

Ayer, en la Catedral de Santiago, se inauguro oficialmente el nuevo curso pastoral diocesano

Ayer, 30 de septiembre se inauguro el curso pastoral 2008-2009 en la catedral de Santiago de Bilbao. La celebración fue presidida por nuestro obispo, D. Ricardo Blázquez, acompañado por el obispo auxiliar diocesano, D. Mario Iceta, así como por el Consejo Episcopal de la Diócesis y miembros del Cabildo catedral.

En la celebración, por medio de la Cruz, las velas y la Palabra, la comunidad con su obispo al frente solicitó la fuerza del Espíritu para que la vida de las personas que forman la comunidad cristiana de Bizkaia se atemperen al estilo de Cristo.
Mons. Blázquez, en su homilía, tras saludar a todos los presentes, dijo que estábamos “poniendo en manos de Dios el curso que ahora comenzamos” y que “ser apóstoles es un encargo del Señor, una misión que recibimos”. El obispo hizo varias alusiones al apóstol san Pablo, a quien se refirió como el apóstol por excelencia en este año jubilar paulino.
D. Ricardo en su intervención recomendó la lectura de las cartas de Pablo para leerlas personalmente y en grupo, y continuó diciendo que “El encuentro con el Señor despierta en nosotros y pone en movimiento la condición de sacerdotes, religiosos laicos y laicas. En ese encuentro, nosotros no somos los señores, sino servidores”.
El obispo, que en este mes de octubre participará en el Sínodo de los Obispos en Roma, hizo alusión a este Sínodo como un acontecimiento eclesial del que todos los miembros de la Iglesia deben estar al tanto. Aludió también al catecismo de la Iglesia católica “es el contenido de nuestra fe en las catequesis de nuestros grupos, en nuestras predicaciones” y es ”referente autorizado para nuestra catequesis y criterio como cristianos de lo que creemos y celebramos”
Concluyó su homilía diciendo que “No hay evangelización a distancia. Se hace cerca de los que sufren, de los enfermos, de las mujeres maltratadas…” y que “el evangelio se hace compartiendo la vida”.
El obispo anuncio a los numerosos asistentes a la oración de la tarde, como el curso que se inaugura supone un año de prorrogación del Plan Diocesano de Evangelización en el que se quieren consolidar los pasos dados en la tarea evangelizadora a lo largo de los tres últimos años. En este curso, también se buscarán aquellos objetivos y elementos que podrían configurar la elaboración del siguiente Plan. Estas líneas de trabajo para el presente curso se harán llegar al conjunto de la comunidad diocesana a través de un documento que se hará público en todas las parroquias y en la que se señalarán pautas para “erigir las necesarias unidades pastorales y optimizar nuestros recursos con el fin de servir mejor al Pueblo de Dios”. 
Este curso, por tanto, la transmisión de la fe a las familias, los jóvenes y los niños y preadolescentes, junto a la remodelación pastoral y el impulso misionero serán las claves sobre las que pivotarán, en línea con el trabajo de los últimos años, la acción pastoral en nuestra diócesis. Estas claves serán también las que marquen el Gesto Diocesano de Solidaridad del 8 de mayo que “pretende acoger el desafío ecológico de la humanidad”, la sesión formativa general en noviembre sobre “Cómo hablar de Jesús en un contexto de indiferencia” que acompañara Fernando Vidal, o el retiro oracional para el monitorado organizado para marzo desde la Mesa Diocesana de Tiempo Libre entre otras acciones.
Antes de finalizar la celebración, el Obispo realizo el acto de envío a los asistentes con la encomienda de seguir animando la transmisión de la fe y “siendo testigos de la esperanza en el mundo y dando un nuevo impulso a la vida comunitaria”.