La carta de Josefina es la que más ha conmovido al político vasco Joseba Arregi que junto con el teólogo Javier Vitoria se encargó de la presentación. Tal vez porque Josefina es una prostituta de 75 años, abandonada por su madre nada más nacer y criada en la beneficencia y cuya vida a partir de ahí trascurrió en los márgenes de la sociedad. “Me ha conmovido la carta porque al final dice que agradece a Dios que haya sido su compañero durante toda su vida y lo dice sin ironía y sin sarcasmo. Me conmueve ver a una persona cuya vida ha sido totalmente frustrada y que al final de todo es capaz de decir gracias”, señala Arregi, quien participa en el libro con una carta en la que expresa sus dudas y sus esperanzas ”es probable que tu ausencia sea un modo de presencia, para que no nos creamos nosotros mismos dioses, para que no olvidemos que nuestra responsabilidad, al igual que nuestra libertad, es limitada, que ni podemos crear un mundo nuevo, una nueva creación, ni podemos salvar a las sociedades de todos los males” escribe.
Arregi se mostró agradecido por tener la posibilidad de obligarse a plantear un tema que no lo tiene presente en el día a día sino que se va retrasando. Según dijo, son 50 perspectivas, de las que le ha conmovido la familiaridad con la que algunos viven la experiencia de la relación con Dios y la seguridad con la que otros viven la no relación, es decir el ateismo.
El libro es un reflejo de la pluralidad de sintonías de la sociedad ante el hecho religioso en el que 50 personas le escriben a Dios compartiendo con Él sus dudas y convicciones. Creyentes, no creyentes, agnósticos, religiosos católicos como el cardenal Carlos Amigo o budistas como Kotarô Suzuki, responsable de la comunidad budista de Nerima (Japón) escritores como Antonio Gala o Juan Bas, políticos como Ramón Jáuregui, Labordeta o el propio Arregi y personas anónimas, algunas desde el mundo de la exclusión como M.M. inmigrante sin hogar que abandonó hace 10 años su casa en busca “del brillo de Occidente” y pide a Dios que siga permitiendo que su madre viva en la ignorancia de creer que su hijo es un triunfador .
El libro con el que la editorial PPC celebra su cincuenta aniversario, se publicó el pasado año y va por su segunda edición, recoge 50 cartas confesantes de mas de 250 contactos que mantuvieron antes de la publicación, algunos de los cuales y por diferentes motivos no aceptaron la invitación. Y como reconoce Luis Aranguren, director de ediciones de PPC, muchos de ellos nos animaron a seguir con el proyecto con sus cartas o a través de llamadas telefónicas.
IRENE VILLA
Miembro de la asociación de Victimas del Terrorismo
“gracias porque ni mi madre ni yo falleciéramos aquella trágica mañana del 17 de octubre de 1991. Aquel día unos terroristas pusieron una bomba en el coche de mi madre… Todos dijeron que fue un milagro. Pero yo sé que fuiste tú”
FRANCISCA SAUQUILLO
Presidenta del Movimiento por la Paz , el Desarme y la Libertad
“he sido una persona que tenía muchas ilusiones, esperanzas, confianza en ti… Pero ahora me siento desolada, sin ánimo. La muerte de mi hijo Javier , después de tres años de enfermedad , su ausencia definitiva hace tambalear mi comprensión, me deja con incógnitas de nuestra existencia… Me pregunto con insistencia ¿existe Dios? Y si existe: ¿por qué permite esto? Dios, ¿dónde te has metido?
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA
Presidente de la Fundación Cultura de Paz
“al contemplar, absorto, el firmamento, pletórico de estrellas, he pensado que algunas se ven, pero ya no existen. Y que Tú, al contrario, existes, pero no se te ve”
JUAN JOSE LÓPEZ –IBOR
Psiquiatra
Carta al editor:
“Muchas gracias por su amable invitación. La verdad es que la única carta a Dios que se me ocurre que merezca la pena está escrita hace muchos años. Se trata del Padrenuestro. No me atrevería a escribir nada mejor”.