En las parroquias de la Diócesis de Bilbao se celebró ayer el día de Pentecostés, con la conclusión de los cincuenta días de Pascua y se conmemoran los orígenes de la Iglesia y el inicio de su misión apostólica.
La celebración de la catedral contó con la presencia, entre otras, del grupo de víctimas que ha participado en diversos encuentros en el marco de la Comisión de Paz y Reconciliación. Víctimas que han contado y escuchado sus experiencias y han dialogado entre ellas desde una perspectiva “humana y evangélica”.
El obispo, en su homilía, les agradeció el camino realizado y habló de la alegría de la reconciliación y la fraternidad. “La alegría – dijo- de que existe un poder mayor que nuestras fuerzas: el poder del amor de Dios que inunda nuestra vida de esperanza”.
Finalizó su mensaje señalándoles que son “testigos de esta humanidad nueva que Jesús quiere recrear por el don de su Espíritu”.