El domingo 29 de enero, el párroco de San Nicolás y deán de la catedral de Santiago, Luis Alberto Loyo, anunció que el día de San Blas y por seguridad sanitaria, se consideraba oportuno que este año tampoco se bendijeran los cordones.
Sin embargo, tras la recepción de muchas llamadas por las que se instaba a la parroquia a que se reconsiderara esa postura, finalmente, se decidió realizar cuatro bendiciones a lo largo del día. Pero, «pudo más el santo que mis previsiones«, señaló el párroco, ya que la presencia de gente fue muy numerosa desde primera hora de la mañana.
Ante esta situación, finalmente, a partir de las 11 h., se dieron bendiciones cada media hora. Hubo muchas personas que se presentaron antes que esa hora y que se quedaron sin la bendición, a las que el párroco pidió ayer «sinceras disculpas» .
Del mismo modo, el responsable de la Unidad Pastoral del Casco Viejo destacó que ya «hemos aprendido para el año que viene. Porque la devoción al santo es mayor que los temores a las gripes, a las pandemia..» . Agradeció a los colaboradores que estuvieron todo el día acompañando «desinteresadamente» su «paciencia, tesón y entrega con la que realizaron su tarea«. Y volvió a pedir perdón.
El año que viene, por tanto, habrá bendiciones cada media hora, desde primera hora.