Si hay una jornada en la que se recuerde a todos los misioneros, ésta es sin duda alguna el DOMUND, un día en el que se celebra mundialmente la importancia de su labor al desprenderse de una vida cómoda para defender y salvar a aquellos más pobres entre los pobres. Durante esta semana, desde la Diócesis se han repartido los materiales del DOMUND por colegios y grupos de catequesis para la concienciación de cara a esta jornada, que recibe una de las respuestas más generosas de la Comunidad Cristiana tanto en lo económico como en otros aspectos.
José Maria Arieta-Aruanabeña ha vivido en su propia piel la experiencia de ser misionero y por eso le resulta sencillo expresar los aspectos más positivos y también lo más complicado de su labor: “Lo más gratificante de ser misionero es la cercanía y amistad de la gente en una experiencia personal y eclesial de realización. Lo más difícil es compartir el sufrimiento de un pueblo que se convierte en tu familia”,
El mensaje del Papa para el DOMUND 2007 se resume en las palabras “Todas las Iglesias para todo el mundo”, expresando la universalidad de los sujetos misioneros y de los destinatarios de la evangelización. Este año, además, se cumple el 50 aniversario de la gran encíclica misionera “Fidei donum” de Pío XII y por eso el Papa Benedicto XVI ha invitado a las Iglesias locales de diversos continentes a tomar conciencia de la urgente necesidad de impulsar nuevamente la acción misionera ante los múltiples desafíos de nuestro tiempo. Así mismo, en su mensaje invita a dar gracias a Dios por la abundancia de frutos que la cooperación de las Iglesias locales ha producido en estos últimos 50 años en diversas partes del mundo, especialmente en África.
El primer objetivo del DOMUND es contribuir a llevar la Fe a todos los rincones del mundo y en este sentido no faltan motivos para la esperanza, porque en África en los últimos años se ha multiplicado por tres el número de católicos y ya es preciso atender a toda la ingente población bautizada. En Asia se ha duplicado el número de católicos entre 1978 y 2004, y ya son más de 113 millones. Por su parte, la Iglesia en América cuenta con casi 550 millones de fieles.
