Más de la mitad de la población extranjera empadronada en Bilbao es de origen latino y son ellos quienes preparan la misa latinoamericana que, ante todo, es participativa y que este curso ha sido presidida por sacerdotes latinoamericanos, de los mismos países que la mayoría asistente. Todos ellos se sienten una misma familia: “Hace unos años celebrábamos cada país por separado en parroquias diferentes, pero nos dimos cuenta de que era más enriquecedor juntarnos todos en una misma porque así aprovechamos este rato para conversar unos con otros sobre preocupaciones similares que tenemos al llegar a un lugar desconocido y nos ayudamos mutuamente”
El momento más emotivo se produce en el rezo del Padre Nuestro, cuando forman un gran círculo dándose las manos y entonando la oración. “En ese instante me siento de nuevo en casa, porque estamos rodeados de amigos, juntando nuestras manos. Es una forma de rezar muy típica de nuestros países”.