Romarategui (Vitoria-Gasteiz, 30 de enero 1922/15 de enero de 2023) fue autor de numerosas obras de artesanía en vidrio, madera y mármol. Se formó en las escuelas de El Campillo y en el Camino de Ali, antes de pasar a la Escuela de Artes y Oficios. En su juventud fue ebanista, carpintero y decorador.
Su vida estuvo marcada por su interés por el arte y también por su compromiso social. De joven, colaboró con las Juventudes de Acción Católica, que “creó una red social, además de religiosa, para estar al lado de las personas más marginadas y necesitadas de la sociedad”, señalan desde la diócesis de Vitoria. Aprendió euskera en la cárcel, donde estuvo durante dos años debido a su “rechazo” a la dictadura.
En 1955, tras salir de prisión, partió como misionero a Ecuador, donde pasó 33 años y llevó a cabo todo tipo de labores, destacando su faceta como artesano. A su vuelta a finales de los años 80 se trasladó a vivir a Urkiola, junto con el grupo misionero que residía allí. En Urkiola construiría la que posiblemente sea una de sus obras más importantes: El mural que preside el altar mayor, de 170 metros cuadrados de superficie e integrado por 850.000 teselas y 14 vidrieras.
Centenario
En enero del año pasado, la celebración/homenaje con motivo de su 100 cumpleaños contó con numerosa participación de personas que habían compartido algunos tramos de su vida con él: familiares, amistades, compañeros y compañeras. También estuvieron presentes los obispos de Vitoria y Bilbao. El propio Peli, agradecía las muestras de cariño recibidas «quiero agradecer –dijo– vuestra presencia y amistad al celebrarse mis 100 años de vida. Esta ciudad de Vitoria-Gasteiz me vio nacer, aquí viví mi infancia y juventud, trabajé en carpintería Aguirre y amé nuestra tierra vasca. Guiado por el espíritu misionero, di el salto a Ecuador y allí, durante 30 años, me sentí querido y arropado por el Grupo Misionero Vasco. Allí desarrollé mi obra como artesano, embelleciendo las iglesias y lugares donde vivíamos”.
Peli recordaba también su regreso al País Vasco “llegué a Urkiola, mítico lugar donde llevé a cabo trabajos en la Basílica que han quedado prendidos en mi corazón. He regresado a Gasteiz y estoy viviendo en la residencia sacerdotal Joaquín Goikoetxeaundía. Y siempre me he sentido muy querido y arropado por mi familia. Quiero enviar en este momento mi eskerrik asko, mi agradecimiento a todas las personas que me han ayudado a vivir y servir a nuestra sociedad, desde los más pobres. Ecuador ta Urkiola, Sendia, nire Egotetxea, DENOI MILA ESKER AUNITZ, bihotz biotzetik, zuen bideko laguna onhartu ninduzutelako”.
Mural conmemorativo
Dentro de los actos para conmemorar los 100 años de Peli Romarategui, en 2022 se instaló en el centro de Vitoria-Gasteiz un mural de gran tamaño, elaborado por la muralista Verónica Werckmeister, partiendo del boceto del retablo de Urkiola. Peli, agradeció el reconocimiento e hizo suyas las palabras que acompañan el mural: “Solo si amamos nuestra tierra podemos amar otras tierras–Bakarrik gure lurra maite badugu, maite ditzakegu beste lurrak”.
Exposición
Hace un año, el 14 de enero de 2022, se inauguraba en Gasteiz, la exposición “100 años de Peli Romarategi, misionero y artesano”, en la que se mostraba el trabajo en mosaico y vitral del artesano gasteiztarra. En torno a la exposición hubo varias ponencias sobre la vida la vida y el legado artístico de Romarategui, a cargo de su compañero, el misionero alavés Juan Ramón Etxebarria, que hizo un recorrido por los murales y vitrales que Peli Romarategui dejó tras su paso por Ecuador. También intervino el artesano ecuatoriano Pablo Mora quien, en otra jornada, analizó la reconstrucción del vitral de la iglesia andina de María Auxiliadora en Pedernales, en la provincia de Manabí, que tras el terremoto de 2016 quedó gravemente dañado.
Además, por el centenario de Peli se reeditó y amplió el libro ‘La cara oculta de la belleza’, sobre las numerosas obras de arte de Romarategui.
En la Asamblea de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana
Por otro lado, en octubre de 2022, el misionero alavés JuanRa Echevarría, presentó un trabajo titulado «Peli, misionero y artesano. 100 años», ante la Asamblea de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
Etxebarria explicó allí la idea de Peli de llevar el arte a los lugares más pobres, “esto les gustó mucho”, señala JuanRa “les gustaba esa idea de ‘evangelizar a través de arte’. Y, también, que este evangelizador fuera un laico. Valoraban el compromiso misionero y artístico de un seglar, que lo mismo daba catequesis y se preocupaba de la pastoral, que hacía obras de arte para las iglesias, con un trabajo callado, paciente, tenaz, artesano, cercano a los pobres”.
Valoraron el esfuerzo del grupo misionero, en aquellas décadas de los 50, 60 y 70, por “embellecer y dignificar los lugares del culto”, como una manera de valorar a aquel pueblo humilde y, en concreto, como una muestra de valoración de la cultura montubia de la Costa ecuatoriana. Y, cómo el grupo misionero vasco le encargó a Peli esta labor. Y se resaltó la importancia de salvaguardar para el futuro estas obras artísticas. Son 100 obras hechas por Peli, que hay en Ecuador: murales, vitrales, altares, sagrarios, ambones, lucernarios.