El recuerdo de las personas que han perdido la vida, la solidaridad con sus familias, y el compromiso como Iglesia en la defensa de unas condiciones laborales a la medida del ser humano, estuvieron especialmente presentes en la celebración de la Eucaristía, que presidida por el vicario general, Kerman López, tuvo lugar a continuación.
Partiendo de la vida, de la realidad de los accidentes laborales, de tantas situaciones donde el empleo se realiza sin garantías suficientes para el cuidado de la salud, Kerman López, siguiendo el texto de Mt 25, 31-40, hacía una llamada a reconocerle en quienes hoy defienden un trabajo digno “porque tenía un trabajo insano y me ayudasteis a denuncia esas condiciones laborales”. “Comulgar con Cristo crucificado y resucitado, nos haga sensibles para corregir todo lo que nos dificulta la salud en el trabajo”.
Insistiendo posteriormente en la necesidad de sumar: “con quienes visibilizan las causas de los accidentes laborales y la pérdida de salud en los lugares de trabajo, más allá de las ideologías que nos separa”, haciéndose así eco del lema elegido desde la Organización Internacional del Trabajo para esta jornada “Actuar juntos para construir una cultura de seguridad y salud positiva”.
1º de Mayo
De cara al 1º de Mayo las organizaciones promotoras de la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) unen sus voces para reafirmar que “sin compromiso no hay trabajo decente”. Un compromiso que desde Naciones Unidas y los países que lo forman se adquirió en 2015 con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible. El objetivo 8 aborda el compromiso para que el trabajo sea decente, “Para conseguirlo, -defienden- es necesario el compromiso de hombres y mujeres para continuar abordando los problemas relacionados con el empleo”. Texto completo del manifiesto: aquí
Las organizaciones promotoras de la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente explican que nos encontramos en un momento en que está bajando la tasa de desempleo –aunque aún sigue siendo muy elevada–, pero a su vez se ha producido un aumento de la inactividad. “Además, pese a las cifras positivas, seguimos teniendo un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad e inseguridad, que perviven incluso en tiempos de crecimiento económico, intensificando la precariedad y las posibilidades de estar en situación de desempleo. Así, a pesar de que se está generando empleo, las condiciones laborales siguen sin ser dignas, lo que hace que muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consiguen salir de la pobreza”.
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