Alberto Izquierdo nació en Sestao el 8 de agosto de 1932, fue ordenado presbítero en Elorrio en el año 1961 y su primer destino pastoral fue en Buya como ecónomo y también como encargado de Irusta. Posteriormente fue nombrado prefecto del Seminario (1966-1969) y seguidamente, destinado a la parroquia de San Pedro de Basauri, donde permaneció 20 años (1969-1989). Después formó parte del equipo presbiteral de San Ignacio, San Nicolás y San Martín de Getxo y encargado de San Ignacio (1989-1992) y en 1998 le nombraron miembro del consejo de mediación diocesano. Licenciado en derecho, había estudiado en la Universidad comercial de Deusto y Valladolid y desde 2007 estaba jubilado.
El presbítero Néstor Aras conoció a Alberto en la parroquia de San Ignacio, siendo él adolescente y reconoce que fue una de las figuras que más influyeron en su vocación “muchísimo, indudablemente y estuvo en el altar en mi ordenación, le tengo mucho que agradecer”, dice Néstor, que le define como un amigo y un compañero cura extraordinario “a nivel humano ha sido una buena persona, muy honrado y como cura siempre ha tenido muy clara la vocación y la identidad sacerdotal ´lo que es ser cura y dedicarse de pleno a la vida pastoral’”. También destaca que era muy inteligente y que fue “un gran predicador, muy preparado, muy lector, muy culto”. Izquierdo también era gran aficionado a la música y, sobre todo, a los viajes “Le encantaba viajar y ahora emprende el viaje definitivo”. Néstor dice que siempre que podía realizaba algún viaje y en la parroquia organizó multitud de salidas culturales, religiosas y peregrinaciones.
Otro de los rasgos que destacan de Izquierdo es su talante cercano y sonriente, con una sonrisa muy natural “a bocajarro”, así como su buen carácter, generosidad y honradez.
Los grupos de Biblia y las visitas a las personas enfermas son las actividades a las que más se dedicó en los últimos años de su vida.
QEPD.