Su primera encomienda como presbítero le llevó a Elorrieta como coadjutor (1959 a 1962) y posteriormente, coadjutor de San Ignacio, de 1962 a 1968. Tras un tiempo de estudios en Pamplona, en 1971 le nombraron consiliario de Cursillos de Cristiandad. De 1971 a 1979 fue coadjutor de la parroquia de La Realeza, en Galdakao y párroco de Aperribai. Después, pasó unos 4 años en una parroquia en Madrid y a su regreso fue coadjutor de la parroquia de San Rafael, en Bilbao y capellán del asilo Conde Aresti, también en Bilbao. Desde 1993 a 1995, Administrador parroquial de Enekuri y, más tarde, capellán del Colegio Sagrado Corazón de Algorta.
Música y montaña
Además, en sus primeros años como cura trabajó en Lutxana y en la Firestone, en Galdakao. Su compañero presbítero, José María Beriain, le define como una persona «con gran entusiasmo y jovialidad», en el desarrollo de sus encomiendas y en su día a día, «era -explica Beriain- de carácter juvenil», además de un artista trabajando la madera «muy hábil».
José Antonio Basterra tocaba el violín, fue txistulari, le gustaba la música de teclado y pertenecía a la ABAO. También fue un gran montañero que disfrutó del Gorbea, el monte Oiz…
«Los últimos años de su vida -recuerda Beriain– estuvo atendiendo la residencia del Sagrado Corazón de Algorta, hasta que le falló la voz. Este último tiempo confesaba mucho en el colegio Gaztelueta. Siempre había colas de jóvenes para hablar con el».
QEPD