José Antonio López Zugarramurdi nació en Elgoibar en 27 de julio de 1942 y fue ordenado presbítero en la basílica de Begoña, el 11 de octubre del año 1969. Tras su ordenación, su primera encomienda, entre 1969 y 1972, fue la de secretario particular del entonces Administrador Apostólico de la diócesis de Bilbao, Mons. José María Cirarda.
De 1972 a 1975, López Zugarramurdi fue formador en la etapa introductoria del Seminario Diocesano. De 1975 a 1980, coadjutor de la parroquia de San Pedro de Deusto. De 1981 a 1990, miembro del equipo presbiteral de la parroquia de Ntra. Sra. de Covadonga. Durante algunos de esos años (1983 a 1992) fue también el responsable diocesano del Secretariado de Catequesis de Infancia y Adolescencia. Entre 1990 y 1993, miembro del equipo presbiteral de Begoña-Bilbao. De 1993 a 1999, párroco de Ariz-Basauri y de 1999 a 2003, párroco de San Francisco Javier de Bilbao. Tras este destino se tomó un año sabático y, a su regreso, fue nombrado párroco de Alonsotegi, Castrejana y Arbuyo, cargo que ostentó hasta su jubilación, en 2011.
Cercano y amable
Goyo Ponce de León, recuerda que conoció a José Antonio antes de ser delegado diocesano de Educación en el Obispado, donde coincidieron “Lo hice siendo director del colegio Berrio-Otxoa. Acudí a él para dar unas charlas a madres y padres de niñas y niños de Primera Comunión. Descubrí ya su personalidad amable, cercana y con un gran sentido espiritual, además de muy cultivado en la pastoral con familias y niños”.
A partir de 1990 se reencontraron en el Obispado “nuestra comunicación con todas las compañeras y compañeros era de buena sintonía. Trato lleno de detalles por su parte y servicialidad en todo momento. Esto mismo pude observar a través de su presencia en diversas parroquias: Covadonga, Basauri, San Francisco Javier, Begoña…” Goyo también destaca de López Zugarramurdi «su faceta de experto tanto en el ámbito de la catequesis como de la buena liturgia”.
“Nuestro recuerdo más agradecido, el deseo de su encuentro con el Padre de Jesús y nuestro Padre, en la paz y el abrazo para siempre”
Espléndido y detallista
Su compañero presbítero Javier Goñi, coincidió con él en el mismo curso y siempre mantuvieron buena relación. Destaca que López Zugarramurdi “fue un hombre espléndido y detallista con la gente cercana y una persona muy leal”.
Goñi lamenta que en los últimos tiempos no pudieran verse mucho, ya que José Antonio apenas salía. Tras el fallecimiento de su hermano con quien convivía en el piso familiar en Begoña, López Zugarramurdi sufrió un bajón anímico importante y se trasladó a vivir a la residencia sacerdotal de San Vicente.
Goñi le define como un hombre muy trabajador y ordenado. Siempre estuvo muy centrado en la catequesis, que preparaba con esmero “llevaba siempre todo por escrito, era muy organizado”.
Paciente y ameno
Una feligresa de Alonsotegi, que le conoció bien durante sus años como párroco en esa localidad, le recuerda como muy buena persona “gran amigo de sus amigos y muy paciente”. También como alguien muy detallista (esta palabra la repiten todas las personas con las que hemos hablado) “siempre llevaba algún regalito a las reuniones”. Dice que José Antonio jamás tuvo una mala palabra para nadie y que fue muy querido en el pueblo de Alonsotegi. “Hablaba mucho con la gente, era muy muy fácil entablar conversación con él y, además, preparaba unas Eucaristías muy amenas”.