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26.02.2007

Hoy comienza en la EDE un ciclo de conferencias para cuidadores

El centro municipal de apoyo a familiares cuidadores, Zaintzea, ha programado un interesante ciclo de Conferencias que comenzarán esta tarde con la titulada “Depresión. La enfermedad de la tristeza”, que tendrá lugar en los locales de la Escuela Diocesana de Educadores, Fundación EDE- Suspergintza Elkartea, en la calle Simón Bolivar, 8b de Bilbao.

Zaintzea, servicio municipal de apoyo a familiares cuidadores, inicia con esta conferencia programada para hoy, a las cinco de la tarde, en Bilbao, un ciclo que continuará durante otras cuatro sesiones a lo largo de este año: el 23 de abril con la titulada “Recursos sociales: prestaciones y ayudas”; el 11 de junio: “El insomnio y los problemas del sueño. Cuando no puedo dormir”; el 24 de septiembre: “No olvidemos la memoria”; y concluirá el 19 de noviembre, con la titulada: “Estrés. Ocupados pero no preocupados”. Las conferencias tendrán lugar en la Fundación EDE- Suspergintza Elkartea, en la calle Simón Bolivar, 8b de Bilbao en horario de cinco a seis y media de la tarde en la sala 3.3. (3º piso). Desde Zaintzea solicitan que si es posible se comunique la asistencia con antelación llamando al teléfono 94 607 25 25.

Los objetivos que se pretenden alcanzar en esta primera conferencia son, el aprender a diferenciar entre depresión y tristeza; detectar los síntomas de la depresión, diferenciándolos de otras patologías, así como adquirir los recursos necesarios para afrontar las situaciones de depresión. Y la ponente, en esta ocasión, será R. Barcenilla Villalba, psicóloga de Zaintzea que desarrollará los temas: “¿qué es y qué no es depresión? ¿Por qué nos deprimimos?; cómo sé si tengo depresión o solo estoy pasando por un mal momento y cómo actuar ante la persona deprimida”.

Bilbao presenta uno de los índices de vejez más altos de la Comunidad Autónoma Vasca (21%). El 12% de los bilbaínos tiene entre 65 y 74 años, el 6,8% entre 75 y 84 años y el 2,2% 85 y más años. Nuestra sociedad envejece progresivamente y previsiblemente no dejará de hacerlo en los próximos años. Con la edad se acrecienta el riesgo de padecer algún tipo de discapacidad. Según la EDDES (Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud de 1999), aproximadamente un 32% de las personas mayores de 65 años tienen alguna discapacidad. Estimaciones fiables (Puga González, MD; 2002), apuntan a que sólo en Bilbao la población mayor de 65 años con algún grado de dependencia se sitúa ya en torno a las 19.387 personas (26%).

La atención sociosanitaria a este colectivo representa un importante desafío para la sociedad. A pesar del esfuerzo que nuestras instituciones hacen por cubrir sus necesidades, el 97% de los cuidados recaen en la familia, que ya empieza a vivir esta circunstancia como un problema. Aun así, el 62% de las personas cuidadoras se responsabilizan de la atención de su familiar por iniciativa propia, encontrando satisfactorio hacerlo en su mayoría.



Zaintzea quiere llamar la atención


Zaintzea, el servicio de atención a familiares cuidadores pretende llamar la atención sobre las consecuencias del denominado cuidado informal. Cuidar es una situación típicamente generadora de estrés que repercute en el bienestar psíquico, físico y social de las personas cuidadoras. El 6,1% de las familias hace referencia a la sobrecarga de trabajo que supone atender a una persona mayor y más de la mitad presentan problemas de salud, alteraciones afectivas, cansancio, problemas musculares, pero sobre todo, llaman la atención los problemas de soledad, económicos, laborales y/o familiares.

El Anteproyecto de Ley de Dependencia y el aprobado Plan Estratégico para el Desarrollo de la Atención Sociosanitaria en el País Vasco, contemplan también la atención a los y las cuidadoras informales mediante programas dirigidos a: Obtener información sobre la enfermedad que sufre su familiar así como sobre su evolución y una orientación sobre los cuidados de salud que debe proporcionarle; Recibir una orientación sobre cómo organizar y planificar el tiempo de ocio junto con la persona cuidada; Obtener asesoramiento para minimizar el estrés que sufren los cuidadores; Recibir formación orientada a la adquisición de habilidades relacionadas tanto con el cuidado de su familiar como con el cuidado de sí mismo (por ejemplo, pedir ayuda, descansar, disfrutar del ocio…) y Recibir apoyo instrumental en forma de ayuda a domicilio, centros de día, respiros, etc.

Sin olvidar las muchas satisfacciones que cuidar puede reportar, cuidarse a uno mismo significa no sólo dispensar su atención mejor, o durante más tiempo, sino también asegurar una mejor calidad de vida para quien lo da todo en el cuidado de la persona dependiente.