Cuando ocurrió la tragedia Iñaki Uribesalgo tenía 15 años, y le dejó “marcado” de por vida. Tanto es así, que hizo suyo el sentimiento de dolor de los familiares de las personas fallecidas. Durante muchos años, la víspera de la efeméride prepara dos ramos de flores y los lleva a los lugares donde se recuerda a los fallecidos en Bizkaia: el monte Oiz y el cementerio de Derio.
La subida al monte de 1.026 metros no resulta siempre sencilla, ya que en algunas ocasiones Iñaki se ha encontrado con nieve en la cima o incluso en cotas más bajas: “Alguna vez he tenido problemas para subir, pero normalmente no”, destaca este hombre polifacético que además de regentar una floristería realiza maquetas de iglesias con el cartón que recicla en su tienda o anima con su acordeón a los mayores del municipio.