El padre Eduardo Losoha, sacerdote de origen guineo-ecuatoriano, que realiza su labor sacerdotal en la Unidad Pastoral de Barakaldo y también como juez del tribunal eclesiástico de la diócesis, fue el celebrante principal. En su homilía, se centró en las lecturas del día y en las claves “sobre cómo ha de ser la Comunidad del Resucitado»: La cercanía a los «heridos» y crucificados de hoy, «tocar sus llagas» en los sufrientes. Eso que el Papa llama una Iglesia «hospital de campaña», una «Iglesia samaritana», una Iglesia que se va a buscar a los descartados; Una Iglesia comunidad de hermanos que comparten y reparten lo que tienen, y se aman entre sí; Una Iglesia «misericordiosa», que quiere, procura y sabe reconciliar y perdonar y una Iglesia instrumento de Paz. Concluyó su meditación llamando a promover la paz y la unidad.
Al final de la Eucaristía, como dicta la tradición, la comunidad presentó y aplaudió a los recién llegados. La próxima celebración tendrá lugar el 2 de mayo.