¿Un nuevo decreto?
Sí, pero tenemos todavía un largo de tiempo de lucha contra la pandemia y de extremar las medidas higiénicas y de prevención. No es tiempo de relajarse, Comenzamos la fase de recuperar actividades de otra manera. Es un decreto único con varias disposiciones. Son dos fases. La primera emana del Ministerio de Sanidad en el que señalaba que se pueden abrir al culto público los templos a un tercio de su capacidad. Estamos organizando la cuestión por medio de diversas disposiciones, también de las de la Conferencia Episcopal y del acuerdo que hemos suscrito con el Gobierno Vasco. El aforo se amplia en la segunda fase que, previsiblemente se llevará a cabo a partir del 25 de mayo y entonces comenzarán las actividades pastorales. Iremos viendo. Tenemos interés en poder cerrar lo mejor posible el curso, con la iniciación cristiana, con los niños en la primera comunión, actividades pastorales on line de las parroquias…
¿Habrá una aplicación única en toda la Diócesis?
Un punto importante que recogemos en el decreto es que cada lugar es distinto. Por eso decimos que las situaciones eclesiales son diversas, porque no es lo mismo una parroquia en el centro de Bilbao que una parroquia en un pueblo de una zona más rural. Por eso la aplicación tiene que ser adaptada a los lugares. Los contextos de unas parroquias y otras, son diferentes. Siempre respetando las medidas sanitarias, pero dejando el margen habitual de implementación desde la prudencia adaptando las normas a las circunstancias concretas de cada lugar y cada comunidad.
¿Cómo organizar el aforo?
El aforo se mide a una persona por metro cuadrado. Hay que añadirle también los dos metros de distanciamiento. Por eso en algunos templos están señalando los lugares donde se debe sentar y donde no.
¿Preferencia al acompañamiento con las familias en su duelo?
Estos días es patente la dificultad de tantas familias del dolor de no poder despedir a sus seres queridos con un funeral. Por eso hemos puesto esta preferencia porque hay personas que están esperando y necesitan ser acompañadas.
¿Han tenido noticias de feligreses que echaban de menos la misa dominical?
Sin duda, la Eucaristía es un elemento esencial de la persona creyente y de la comunidad. De la Eucaristía nace la propia Iglesia. Estar dos meses sin poder acudir físicamente a la celebración ha sido duro para todos. Combinar la necesidad de culto con una enfermedad de la que no teníamos experiencia, toda preocupación era poca. En circunstancias extraordinarias como estas nos hemos multiplicado para que desde casa se pudieran seguir las Eucaristías.
¿Qué recoge el decreto en torno a las personas de edad?
Las personas con dolencias crónicas tienen gran riesgo de su propia salud y hay que pensar también en los demás. Se amplia la dispensa del precepto dominical para las personas de edad. Invitamos a las personas mayores a que valoren la conveniencia de acudir físicamente al templo. Hemos dispuesto que algunas personas que puedan llevarles la comunión a casa y puedan seguir la eucaristía desde casa.
¿A partir del 25 de mayo otra fase?
Agradezco el trabajo que han realizado desde diversos ámbitos para seguir ofreciendo materiales on line y trabajando desde casa. En las parroquias es importante saber que a partir de esa fecha es necesario que los grupos se pueden reencontrar guardando las medidas necesarias. La implementación tiene que adaptarse a cada contexto.