Mons. Joseba Segura, que ha presidido la misa concelebrado con el consiliario de CECO, José Luis Achótegui y con el responsable del área de discapacidades de la Diócesis y de la Pastoral del Sordo, además de consiliario diocesano de FRATER (Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad), Sergio Buiza, ha comenzado haciendo referencia a la figura de Catalina de Siena, cuya efeméride se celebra hoy “mujer importante en la historia del cristianismo, reconocida como maestra y doctora de la Iglesia” y a los 25 años que celebra CECO, recordando y agradeciendo a todos los que han participado y contribuido en la organización a lo largo de su cuarto de siglo de historia.
Mons. Segura ha hablado de los sentidos: “sabemos –ha dicho- lo que pasa con los sentidos físicos, sabemos que algunos físicamente, ven estupendamente y sin embargo, en otras dimensiones ven poquito y no quieren ver; otros, tienen el oído que les funciona perfectamente, pero no son capaces de escuchar, porque creen que lo saben todo y que no necesitan de nadie. Otros, viven solos y no tienen contacto físico, no tienen a quien tocar; otros tenían un gran disfrute con el sentido del gusto, pero ahora, en algunos casos, ciertas variantes de la Covid, lo que hacen es quitar el gusto y ya no pueden disfrutar tampoco de una buena comida o de un buen vino. Finalmente, sabemos que el olfato a algunos les ha fallado casi siempre y no son capaces de situarse bien ante determinadas situaciones, porque no las huelen bien y no son capaces, tampoco, de valorar a las personas porque en el fondo tienen esa dificultad de darse cuenta, en ese sentido simbólico, de lo que puede ser o dar de sí una situación”.
Sacar partido a las capacidades
El obispo administrador diocesano ha proseguido afirmando que el problema nunca ha sido tener estas u otras debilidades, desde el punto de vista de la fe y el punto de vista de Dios “primero, porque todos hemos recibido de maneras diferentes y en dones distintos mucho más de lo que nos podemos creer que nos falta». Ante esta realidad, Mons. Segura ha invitado a sacar partido de las posibilidades de desarrollar las capacidades que tiene cada cual.
El prelado ha dado gracias a Dios por la gran diversidad de carismas y dones “que no tienen nunca por qué convertirse en motivo de tensión». Más bien el contrario – ha proseguido– «esta es la grandeza de la fe auténtica, que cuando se comparte y se vive en Jesucristo se convierte en un poder y en una fuerza grande para que los que son distintos hagan juntos muchas cosas».
Ha concluído su homilía pidiendo que «CECO tenga mucho desarrollo y sea un lugar de encuentros en el que se comparta la fe, la esperanza y el amor»