Mila Domínguez y Olatz Hilario, miembros de la Unidad Pastoral de San Ignacio, han sido las responsables de presentar el evento. En el transcurso del acto, varias personas de distintos estamentos diocesanos han ido mostrando los cuatro retos del VI PDE. Una hoja de ruta que acompañará a nuestra Diócesis durante los próximos cinco años.
«Invitar a la novedad del encuentro personal con Jesucristo» es el primero de los retos que se marcan en el VI Plan y que comprende sus líneas de trabajo y acciones.
El segundo reto, el referido a anunciar, explicita que se quiere «acompañar a todas las personas en todas las etapas de la vida y en sus entornos significativos».
El tercer reto, se centra en servir, detalla que «se quiere testimoniar el compromiso con las personas que sufren».
El cuarto y último reto corresponde a la comunidad. El objetivo es «fomentar una corresponsabilidad efectiva, inspirada en la diversidad de carismas y ministerios, impulsando el laicado, especialmente, la participación de la mujer».
VI Plan Diocesano de Evangelización
El obispo, ha señalado que un plan, por sí solo, “no pone una sonrisa en los labios de nadie, ni es capaz de animar a ningún decepcionado. Ni este que ahora inauguramos, ni ningún otro. Porque el que sería tu plan, o el plan de tu grupo, o mi plan, el que podría ilusionarme porque coincide con lo que yo pienso, no es el plan del conjunto de la comunidad. En ella –ha dicho- hay muchos diagnósticos de lo que está pasando y sobre lo que se debería hacer. Un plan que sea bueno, un plan auténticamente diocesano, aspira a animar a muchos, sin entusiasmar probablemente a nadie. Y a algunos, a los que tienen agendas muy definidas que no ven suficientemente recogidas en las propuestas, les puede incluso dejar frustrados. Un plan Diocesano quiere hacer avanzar al conjunto de la Iglesia,profundizando sobre el sentido religioso de la vida, buscando fortalecer la experiencia de Dios como fuente de inspiración para promover esperanza, justicia, diálogo y una mayor cercanía y preocupación por los que sufren carencia o necesidad”.
Ha defendido que un buen plan tiene que hacer subrayados sin producir rupturas, cuidando también la comunión con las Iglesias hermanas. “Comunión sí; uniformidad no”. Ha afirmado, además, que nuestra Diócesis tiene algunos elementos característicos que llaman la atención de los visitantes y “que son el resultado de una historia que, aunque breve, ha sido rica en experiencias de búsqueda conjunta, con un significativo protagonismo del laicado, con una permanente atención a la dimensión social del compromiso cristiano, valores que debemos preservar y promover, en el marco de la fraternidad católica”.
Avanzar en nuestra historia creyente
Mons. Segura ha proseguido su intervención diciendo que cree “sinceramente” que este VI Plan Diocesano es un buen instrumento para avanzar en nuestra experiencia creyente, que puede ayudarnos a salir más y mejor a la misión. “Sabemos que los documentos, por sí solos, no tienen piernas y son capaces de dormitar años sin recorrido en la estantería. Conocemos nuestras debilidades y el contexto complejo en el que Cristo nos llama hoy a vivir y transmitir el Evangelio: crisis de lo ritual, de lo comunitario, desafección hacia todo lo institucional, particularmente fuerte hacia la iglesia en algunos ambientes”.
Zuek eta ni. Danok goaz bide beretik. Batzuetan errepide zabaletan, eta nasai
Askotan aldats-goran, eta nekatuta edo bidezidor estuetan, leku bila.
Baina beti be itxaropentsu. Jakin dakigulako primerako bide-erakuslearen atzetik goazena.
Para el obispo de Bilbao, un documento eclesial es valioso cuando motiva a la oración, genera reflexión y mueve a la acción, enriqueciendo así la vida. «Este VI Plan quiere ser justamente eso: un instrumento que nos inspiré con orientaciones prácticas. Si ayuda a concretar esfuerzos compartidos, si facilita el avance en algunos objetivos importantes, si enriquece, aunque sea un poco, nuestra vida de fe y nuestra capacidad de ser levadura en la masa, todo el esfuerzo empleado en su elaboración habrá merecido la pena».
Barrearen birusa zabaldu gurako geunke. Eta bizi-poza kutsatu.
Planak berez ez dakar alaitasuna baina bai freskotasuna eta ekintzarako hauspoa.
Ha concluido dando dando gracias a Dios por tantas personas que han participado en las 3 consultas realizadas, “aquella primera en la que compartimos una mirada creyente de la realidad social y eclesial (octubre-diciembre 2019); la segunda en la que empezamos a proponer retos y líneas de trabajo (enero-marzo 2020); y finalmente esta más reciente en la que hemos podido concretar acciones y definir prioridades (abril-mayo 2022). Este proceso ha sido un nuevo empuje de participación en una Iglesia local que desde los años 80 cuenta con una importante historia sinodal”.
`Dabilen harriari, goroldiorik ez´, dino esaera zaharrak. Eta horixe da izan be asmoa: harri biziak izatea.
Ibilian ibiliaz, gure inguruetan, Planaz jabetzea. Azpimarra batzuk markatzea. Eta ahal dala, auzolanean lantzea.
Goazen ba Planagaz. Baina, ez bakarrik eginez. Baita geure misinoari ekinez be.
Baraja y mago «Altrius»
Uno de los elementos novedosos que se presenta junto al VI Plan Diocesano de Evangelización es una baraja de cartas, para ir decidiendo qué hacer en cada realidad eclesial, de entre todo lo que propone en la nueva hoja de ruta. El vicario territorial de la V vicaría, Jose Mari Kortazar ha presentado la baraja, que contiene cuatro palos (uno por reto) y doce cartas por cada palo. Eado esta mañana en el acto, que también ha contado con la actuación del mago «Altrius».
Oración final en el templo
Tras la primera parte del acto, que se ha desarrollado en el polideportivo del colegio, los asistentes se han trasladado al templo. Allí ha tenido lugar una celebración oracional, en la que el presbítero diocesano Juanjo Elezkano ha interpretado el bertso compuesto para la ocasión, basado en el lema del VI Plan Diocesano de Evangelización: `Mila kolore, hainbat balore´.
El punto final lo ha puesto la comida compartida en el comedor del colegio.