Esnaola comenzó su intervención mencionando el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”. Explicó que la dimensión religiosa, espiritual, es un componente esencial de la condición humana. «Ocupa su lugar en la vida pública, apostando por relaciones de confianza y la construcción de la comunidad». Dijo que avanzamos hacia un contexto cada vez más plural «lo cual requiere promover un mayor conocimiento y conciencia entre los creyentes para reconocer los dones de las diversas religiones. La identidad propia no tiene que llevarnos a destacar solo lo distintivo, lo contrapuesto. Eso genera hostilidad y recelo mutuo».
También incidió en que tenemos que estar muy atentos y críticos ante la tentación de manipular los sentimientos religiosos con intención de crear conflictos. «Hay que evitar -dijo- una utilización abusiva de la religión. Ser agentes de reconciliación, sanar heridas, evitar la transmisión hereditaria de conflictos y divisiones, odios y enemistades. Impedir que la globalización nos lleve a mundializar las situaciones de conflicto. Analizar cada situación en su verdad y en su propio contexto».
El camino es la fraternidad
Concluyó su intervención señalando que nuestra fe en Jesucristo nos lleva a afirmar que Dios tiene rostro humano y la fe es también un elemento inspirador de la vida pública. «Alimentar conflictos puede ser mortal. Nuestro camino es la fraternidad, reconocernos como hermanas y hermanos, acercarnos en la diversidad. Compartir valores, trabajar juntos nos da autoridad moral. Promover la cultura del encuentro, del diálogo. Compartir vida, compromisos comunes, buscando la cohesión social; la defensa de los derechos individuales y de grupo, despertar en las personas y en las comunidades la conciencia de nuestra responsabilidad en el respeto del bien común, en la búsqueda de la promoción de todo ser humano, especialmente de los más desfavorecidos. Construir relaciones interreligiosas profundas por medio de un pensamiento teológico. Ser capaces de orar juntos. Que nuestras oraciones propias no sean siempre motivo para separarnos de los demás. Crear relaciones de confianza y trabajar juntos tiene un valor incalculable».
Compromisos
En el encuentro se manifestó el compromiso del Consistorio para seguir trabajando en la gestión de la diversidad religiosa junto a las confesiones y se puso en valor su contribución en el desarrollo y la transmisión de valores compartidos de convivencia y de respeto, así como su labor social y asistencial durante la pandemia provocada por el COVID-19.