El programa está dirigido a personas en situación de vulnerabilidad o exclusión. «Uno de los perfiles es el de aquellas personas con una situación de fragilidad previa, con empleos precarios, mujeres del ámbito del servicio doméstico, por ejemplo, que se han visto muy afectadas…”, señala la psicoterapeuta de Lagungo, Ana Agirre.
En algunos casos las personas llegan derivadas desde Cáritas, Fundación Ellacuría u otras entidades que detectan necesidades de atención psicológica. “El aislamiento – subraya Ana- ha tenido un efecto muy importante en personas que ya de por sí tenían algunas dificultades”. Lagungo intenta hacer lo que está en sus manos para poder empujar a las familias y a las personas emocionalmente en este tiempo de crisis y seguir acompañando a aquéllas a las que atendía anteriormente.
La respuesta ahora debe ser más rápida. “Desde el momento en el que llaman hasta que les atiende un psicólogo, no pasa más de un día, porque es un recurso de urgencia que requiere atención inmediata”. El dispositivo tiene una duración limitada, pero en algunos casos están valorando la manera se seguir acompañando a algunas personas que lo necesitan a más largo plazo.
Miedo a salir de casa
Todavía hay gente a la que le cuesta salir a la calle. Hay algunos niños y niñas que tienen miedo a dejar su entorno o personas mayores con ansiedad, tristeza … Son realidades que se están viendo ahora. La Fundación Lagungo seguirá atendiendo hasta finales de julio en el teléfono: 688 768 218