«La Iglesia tenía que haber manifestado una sensibilidad mayor ante el sufrimiento» ha sido una de las afirmaciones que ha realizado el obispo de Bilbao. A lo largo de la conversación se ha referido a los diversos documentos publicados en torno a la violencia por los obispos vascos en los que «no hay nada que justifique un asesinato, ninguna muerte violenta, ningún objetivo político legítimo puede decir que eso es normal o aceptable».
El prelado ha señalado que, durante la última década, se han dado pasos para acercarse a las víctimas y se ha referido en concreto al trabajo de acompañamiento que se realizó con el impulso del anterior vicario general Ángel Mari Unzueta.