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10.05.2023

La Caja de Compensación entre parroquias cumple 50 años

Sasoi haretan Bilboko gotzain zan Mons. Añoverosek sinatu eban 1973an Caja Diocesana de Compensación-Alkarkutxa sortzeko agindua.
"`Alkarkutxa’ es un mecanismo de solidaridad interparroquial", defendía recientemente, el ecónomo diocesano José Miguel Erdozain, ante el voluntariado económico, en una jornada celebrada en el salón de actos de la parroquia de El Carmen de Indautxu, de Bilbao. La Caja Diocesana de Compensación-Alkarkutxa cumple este año sus Bodas de Oro, nació en 1973 como un organismo del Obispado de Bilbao, creado en ese momento “con el objetivo de administrar los recursos procedentes de la Conferencia Episcopal, así como las aportaciones de parroquias y sectores pastorales y las entregas personales de clérigos y laicos. También con las competencias de distribuir las retribuciones del clero y agentes pastorales y las asignaciones a las parroquias que lo necesiten, en espíritu de Cristiana Comunidad de Bienes”.

El decreto de creación de la Caja Diocesana de Compensación-Alkarkutxa fue firmado en 1973 por el entonces obispo de Bilbao, Mons. Añoveros. «Alkarkutxa» se dota, entre otras vías, de las aportaciones de las parroquias en función de sus ingresos. El gerente diocesano la defiende “como una fortaleza y un activo que tenemos en la Diócesis y que debemos poner en valor”.

Mónica Gortazar, es la actual responsable de «Alkarkutxa«. Le precedieron en la encomienda, Juanan Azkarate y anteriormente, el presbítero José Miguel Gandiaga. Son algunos de los nombres de la historia de «Alkarkutxa» que se completan con el de Estibaliz Pertika, en la administración diocesana y con los de otras muchas personas que en las distintas vicarías se han ocupado y preocupado de tres aspectos fundamentales: garantizar unos ingresos dignos para todos los sacerdotes y otros agentes de pastoral, el sostenimiento de los hogares sacerdotales y ayudar a las parroquias que lo necesitan a hacer frente a las obras.

Mónica Gortazar
Mónica Gortazar

Gortazar explica que la procedencia de los ingresos de la Caja se reciben de la aportación de todas las parroquias “con un sistema progresivo según su nivel de entradas”.

Los servicios a hospitales, los donativos a sacerdotes… son otras fuentes con las que se alcanza aproximadamente el 60,5% de financiación. El resto se cubre con el Fondo Común Interdiocesano.

El Fondo de Ayuda Interparroquial (FAI)

Es otro importante instrumento diocesano. Las parroquias con “excedentes de tesorería, los depositan en la diócesis y los canalizamos en préstamos a parroquias para ayudar a financiar sus obras, aplicando el mismo tipo de intereses en ambos”.

En definitiva –remata GortazarAlkarkutxa es una manera de asegurar que todos los sacerdotes y agentes cobren un salario justo, que los mayores estén bien cuidados y atendidos en su retiro y que se puedan mantener parroquias en todo el territorio. También en aquéllas que se encuentran en lugares más despoblados y, por tanto, con menos ingresos».

Las decisiones de la Caja Diocesana de Compensación las toma su Comisión Permanente, formada por el Vicario General, el Gerente, el Gestor y un representante de cada una de las siete vicarías. Esta Comisión estudia y aprueba todas las ayudas y préstamos del FAI concedidos a las parroquias.

La última reunión de este curso de la Caja Diocesana de Compensación-Alkarkutxa, tendrá lugar el 21 de junio.