Las Hermanas Oblatas atendieron el año pasado en Bilbao a 173 mujeres en situación de trata con fines de explotación sexual. El proyecto Leiho Zabalik, nació en 1999, precisamente con la pretensión de acoger, ofrecer residencia y posibilitar la integración socio laboral a las mujeres que son víctimas de trata y que se encuentran en una situación crítica por presiones ejercidas por las redes de explotación sexual. Del mismo modo, acompañan a mujeres que no quieren ejercer la prostitución y que viven en un entorno que les lleva a ello.
La hermana oblata María Luisa del Pozo señala que la congregación nació para dar respuesta a la situación de prostitución de las mujeres en el siglo XIX y “fiel a ese carisma recibido, intentamos encarnarlo en Bilbao”. El primer lugar en el que se instaló la orden en Euskadi fue en Vitoria, el año 1876 y en 1938, se formó la primera comunidad en Bilbao. Desde entonces, las religiosas además de acompañar a las mujeres en situaciones de trata aportan “una ventana abierta a la esperanza”.
Recibir el premio significa “reconocer que existe esta realidad. Se trata de situaciones que a veces son invisibles, pero que existen y hay que darles respuesta”, señala María Luisa. Destaca además que el trabajo en red con la administración y con todas las instituciones es “imprescindible” para llevar a cabo su labor.
Oblatas en el mundo
Las hermanas Oblatas, con comunidades en 15 países del mundo, acompañan a las mujeres que sufren la “esclavitud moderna”, tal y como manifestó el papa Francisco en la celebración de la Conferencia del Grupo Santa Marta, que nació con el objetivo de sensibilizar y unir fuerzas contra la trata de personas y en las que asistieron las Oblatas del Santísimo Redentor.