Este próximo 22 de enero celebrarán el inicio del año chino. Al caer en domingo, tendrán la eucaristía habitual, aunque en esta ocasión les acompañará también el coro. En las casas prepararán los clásicos “raviolis chinos”, un plato que lleva mucho tiempo de elaboración y que “se prepara en familia”. Porque para ellos, la familia “es sagrada”.
La revista diocesana Alkarren Barri/Comunicación, en su número de enero, publica un reportaje sobre la comunidad católica china en Bizkaia.
Navidad
La comunidad celebró la Navidad de una manera especial. Los niños y niñas, “que han estado ensayando durante meses” ofrecieron un recital de canciones y escenificaron una obra de teatro. Utilizaron el salón parroquial “un lugar amplio donde todas las familias pudieron juntarse y participar en el evento”. Ana Tang y Rossa Gou se muestran agradecidas y contentas por la nueva situación y por contar con un cura “en exclusiva” para su comunidad. Pablo Yu también está feliz. Cuando llegó a Pamplona en el 2018 a formarse en Derecho Canónico, no podía imaginarse que acabaría en Bilbao atendiendo a una comunidad de católicos chinos. Comenzó su etapa pastoral en la Diócesis de Logroño, donde celebraba misa en castellano “pero no me entendían bien”. En la Rioja no hay comunidad católica, porque los que migraron allí no lo eran, Sin embargo, en Bizkaia sí. Muchos de ellos llegaron de la Diócesis de Fuzhou.
La Diócesis de Bilbao solicitó su servicio y enseguida le trasladaron. “Es una suerte, porque, aunque el credo sea el mismo, tenemos muchas costumbres diferentes”.