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21.06.2006

La solidaridad, destino de una tercera parte de los más de 10 millones de euros recogidos por las parroquias en el 2005

Las parroquias de Bizkaia han destinado un tercio de los 10,2 millones que han recogido el año pasado, procedentes de los fieles, a los más necesitados. La cantidad, 3,2 millones de euros, supera en 700.000 euros a la obtenida hace dos años. Se trata de una buena noticia que indica que la corresponsabilidad y la solidaridad aumentan, al tiempo que se fortalece la confianza en nuestra iglesia como vehículo transmisor y redistribuidor de esos recursos.

     Cabe destacar que a las colectas especiales de Cáritas, Misiones y el Tercer Mundo, el año pasado hubo que añadir los donativos recogidos para ayudar a los damnificados por la catástrofe del tsunami en el sudeste asiático, y eso ha contribuido de manera significativa a elevar la cifra final.

     No obstante, también se ha experimentado un crecimiento del 5,2% en las aportaciones de los fieles, una cifra que es superior a la del aumento del coste de la vida (IPC =3,7%)) en ese mismo año y que en parte quiere decir que se está superando el “efecto euro” que tan negativa incidencia ha tenido en la economía diocesana.

     Prueba de ello es que en el año 2001 se superaron por primera los 10 millones de euros en las aportaciones de los fieles, pero hasta el 2005 no ha vuelto a superarse esa simbólica barrera de los diez millones. En el 2002 la cifra fue de 9,1 millones, en el 2003 fue de 9,5 y en el 2004 de 9,7.

     Hay que dejar claro que siempre que las parroquias solicitan colaboración económica lo hacen para dos fines principales, su propio mantenimiento y los más necesitados; o lo que es lo mismo: un destino es la subsistencia de la propia iglesia y el otro la solidaridad.

     El apartado menos positivo de las cuentas parroquiales de Bizkaia del pasado año, es el de las aportaciones para el mantenimiento de las propias parroquias que ha vuelto a estancarse, con lo que si ese capítulo no aumenta difícilmente se podrá avanzar hacia la autofinanciación y afrontar con éxito los retos pastorales.