La cuarta edición de esta iniciativa, que comenzó como un retiro de sábado por la mañana, se ha convertido en una actividad de fin de semana completo en la Casa de Espiritualidad de Barnezabal, «que busca ser un espacio que se abre al interior e impulsa a crear vida».
«La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros». Y aunque a nadie le sorprenderá escuchar esto sobre nuestra juventud, -señalan los acompañantes del encuentro- la cita corresponde a Sócrates. Es decir, hace 2.500 años que se dijo esto y seguimos en las mismas. La juventud de ahora no es la peor, es una etiqueta que nunca ha cambiado de dueño».
Señales de cambio
Un encuentro -explican- que dejaba señales de cambio en sus gestos, en sus rostros… en sus prisas, en el tono de voz, en sus miradas, «y seguramente, de alguna manera, en la forma de relacionarse con sus iguales, de vivir sus compromisos en los grupos, de relacionarse con sus entornos más cercanos y tal vez, soñando un poco más alla, con su relación y participación en la sociedad y el mundo».
Seguro que Sócrates sigue teniendo razón en la descripción de la juventud y seguro que estaría de acuerdo en que resulta incompleta.
“Muchos jóvenes son capaces de aprender a gustar del silencio y de la intimidad con Dios. (…) No hay que menospreciar a los jóvenes como si fueran incapaces de abrirse a propuestas contemplativas. Sólo hace falta encontrar los estilos y las modalidades adecuadas para ayudarlos a iniciarse en esta experiencia de tan alto valor” (n. 224). Christus vivit
Oración de Taizé del sábado por la noche:
Ayer domingo, cantaron Santa Agueda, junto con la gente del pueblo: