Jaione López, de Elorrio, se encuentra realizado su Trabajo Fin de Grado (TFG) en Kaikor, en Kenia, con las religiosas Marianitas y nos cuenta que ya les han llegado los tanques de agua que han podido subvencionarse en parte con el dinero enviado desde aquí para ese proyecto «ya nos llegan los tanques y ya parece que todo empieza a mejorar. Desde aquí –dicen Jaione y las religiosas– queremos agradecer toda vuestra ayuda y deciros que ahora gracias a eso nuestra esperanza para una vida mejor hacia la comunidad ha crecido», agradecer a todas las personas que nos ayudáis a llevar estas labores adelante porque sin vuestra ayuda económica, las hermanas no podrían llegar ni ayudar a tantas personas. En especial, me gustaría daros las gracias personalmente por ayudarme a venir aquí, porque gracias a ello estoy pudiendo conocer y trabajar junto a personas maravillosas. Estoy teniendo la oportunidad de ver la realidad en la que muchas personas viven y que nos ocultan. Porque hasta que no he estado aquí no he sido consciente de lo mucho que puede cambiar tu vida dependiendo del sitio donde nazcas, y lo diferente que te tratan según tu color de piel. Con esto no me refiero en Europa solo. Aquí en Kenia también te tratan diferente según tu color de piel. En cierta parte, sientes lo que las personas africanas que están en Europa han sentido cuando han ido allí. Vas caminando por la calle y ves como todo el mundo te mira, te señala, habla de ti, etc. Lo que cambia es que históricamente en Europa todas estas acciones se han hecho con desprecio, pero aquí lo hacen con admiración. Por eso nunca llegaré a sentir lo mismo que personas de aquí han sentido cuando han ido a nuestro país, porque sigo teniendo un sitio privilegiado. Testimonio completo de Jaione: aquí
RD Congo
Timothée Nkonde, presidente del comité nacional de la Asociación Amigos de Mufunga, reflexiona sobre la situación en la República Democrática del Congo (RDC) país muy extenso, con 26 provincias, que propicia que lo que está sucediendo en Kinshasa, por ejemplo, no preocupe a los de otras provincias lejanas. Kinshasa, a 2.300 km de Lubumbashi, es el lugar donde se están dando más casos de coronavirus. “Por ello, tanto en Lubumbashi como en el interior, en concreto en Mufunga, las personas se comportan como si esta pandemia no existiera. Una docena de personas que dieron positivo en Lubumbashi no preocupan a nadie. A pesar de la prohibición de la apertura de bares y restaurantes, la gente continúa frecuentándolos en secreto con la complicidad de ciertas autoridades”.
Nkonde señala que, para algunas personas, esta pandemia no existe en la RDC, sino que son las autoridades las que inventan las cifras de infectados para poder recibir el dinero de los socios occidentales y ponerlo en sus propios bolsillos, para otros, es un castigo infligido por Dios a los occidentales debido a su inmoralidad, sin embargo, el cierre de escuelas en toda la RDC, la prohibición del culto y las asambleas cristianas además de las reuniones de más de 20 personas han contribuido a crear conciencia entre la población de que sí hay algo que va mal. Sin encuentros deportivos, sin viajes entre las diferentes provincias de la RDC, cierres de fronteras. Pero en Lubumbashi e incluso dentro de la provincia, la gente está convencida de que esta pandemia no se extenderá. Por ello, no se tiene cuidado con el distanciamiento social, la higiene de manos con gel hidroalcohólico … La contención es un eslogan hueco porque las personas viven día a día. Tan solo en los distritos residenciales de Lubumbashi, donde vive la gente más pudiente es donde se observan las recomendaciones del distanciamiento social, etc… “Lo que es cierto es que, si la pandemia se extendiera, la gente sencilla desaparecería. Afortunadamente la mayoría de la población es joven”.
Timothe denuncia que los países africanos están lejos de ser Estados de derechos «La malversación de fondos públicos, la impunidad, el nepotismo son los males que afectan a nuestros países. En esta lógica, el desarrollo de nuestros países se estanca y, por lo tanto, requiere la colaboración con nuestros amigos y hermanos en el Norte. Sin esta colaboración, nuestros pueblos difícilmente podrán ponerse en marcha, salir de la situación en la que están» y agradece su labor a la Fundación Amigos de Mufunga en Bilbao «que, gracias a la colaboración con nosotros, nuestro pueblo es un pueblo donde se puede vivir».
Situación de la pandemia en Panda Likasi
En cuanto a la situación de pandemia en Panda-Likasi, directora del Instituto Superior de Ciencias Médicas en Panda-Likasi, Soeur Anastasie Kiza, explica que hasta ahora, la provincia del Alto Katanga ha tenido 13 casos y una muerte. En Likasi hasta hoy todavía no ha habido ningún caso, pero la población vive con miedo y dada la dureza de la vida se hace muy difícil respetar las medidas dadas por el gobierno. “La población se ve obligada a salir a vender, a ir a buscar comida fuera de la ciudad, porque sin ella, ya no es la enfermedad la que nos mata, sino el hambre. La gente no puede trabajar y el gobierno no hace nada por la gente. Aquí también en la escuela hemos dejado las actividades desde el 19 de marzo hasta hoy. No hay salarios y nuestro personal sobrevive miserablemente. Hemos tomado la decisión de trabajar en el campo para superar este problema. Ya hemos comenzado a preparar la tierra (cortar los árboles, los tocones) para que en septiembre comencemos a arar. El principal problema que nos encontraremos es la compra de fertilizantes, semillas y conseguir un tractor para arar. La voluntad nuestra es la de tratar que el personal que trabaja con nosotros en las escuelas pueda alimentarse en estos momentos en los que hay miseria por no poder adquirir ni artículos de primera necesidad. Así estamos y ni siquiera sabemos cuándo se reanudarán las actividades. Estamos esperando, pero la miseria avanza y arraiga entre nosotros. Sí hay comida en el mercado, pero cómo comprarla si no se tiene nada, si no tiene un salario al final del mes».
Togo
También nos llega información desde Togo, donde Misiones Diocesanas apoya un proyecto puntual, desde la relación que se mantiene con la comunidad Adsis. Es Óscar Jimenez, desde dicha comunidad, quien explica que respecto a la situación del coronavirus en Togo cabe señalar, considerando la información que facilita el Gobierno togolés, que la incidencia de la pandemia hasta la fecha está siendo menor a la que están padeciendo otros países de Europa o de América. “No obstante, -dice- los datos oficiales hay que tomarlos con cierta cautela ya que los recursos para el diagnóstico, la testación, control y seguimiento de personas y situaciones son bastante limitados”.
Según datos oficiales del 16 de junio, Togo contabilizaba 537 personas confirmadas de coronavirus. Está siendo un goteo de casos donde los picos más altos han sido de 35 personas infectadas en un solo día. Hasta la fecha han fallecido 13 personas por coronavirus. Para interpretar estos datos, conviene saber que Togo, con 7.889.094 de habitantes, puede considerarse un país intermedio en cuanto a población. La tasa de pacientes confirmados de coronavirus es de 6,81 por cada cien mil habitantes, que dentro del contexto actual es una tasa que podemos considerar moderada.
“El cierre de colegios y centros de enseñanza, de lugares de culto, de servicios y actividades diversas –explica Óscar– está agravando la situación económica de muchas familias que su medio de vida y de subsistencia depende en exclusiva de la venta de pequeños productos para el hogar, de productos de alimentación, frutas, verduras y comidas elaboradas. Son muchas las mujeres que hasta ahora mantenían a sus familias vendiendo esos productos en las puertas de los colegios y que en este momento no pueden y trabajar al igual que muchos profesores que en estos meses si no trabajan no reciben ningún tipo de subsidio o ayuda económica».
El cierre de fronteras, junto a la dificultad que supone para la comercialización y transporte de producto también está suponiendo un freno grande para la entrada de dinero con los togoleses que regresan al país. También el parón de la actividad económica en Europa y América está afectando a los togoleses que viven y trabajan en el extranjero que muchos de ellos se han visto abocados al desempleo y en consecuencia han dejado de enviar dinero a sus familiares en Togo. Esta situación está teniendo también un impacto grande en muchas familias que sobreviven con las ayudas de sus familiares en el extranjero.
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