“En esta celebración queremos ser bendecidos pero también bendecir. Dar gracias y bendecir tienen mucho que ver”, apuntó en su homilía Mons. Joseba Segura quien estuvo acompañado en el presbiterio por el vicario territorial José Agustín Maiz y el cura diocesano Roberto Unzueta.
“La bendición sana, porque favorece una experiencia benéfica en aquellos que la imparten y la reciben. Jesús no solo bendice. También recomienda a sus discípulos la práctica de la bendición, especialmente cuando la bendición no es fácil”, señaló el obispo auxiliar.
Muchas fueron las personas que compraron los cordones desde 30 hasta 40 céntimos. Las rosquillas, los caramelos de malvavisco, productos de la huerta y la feria ganadera completaron una oferta amplia de la que disfrutaron muchos aititas y amamas que acudieron con sus nietos y nietas.