Mons. Segura, en su mensaje, recuerda que todos los años la Iglesia Católica promueve la ´Iniciativa por el Trabajo Decente’, “apoyando el esfuerzo de los sindicatos y otras asociaciones para que el trabajo reúna las condiciones necesarias que aseguren una vida digna para las personas que lo realizan y para sus familias”.
Resalta el prelado que siendo conscientes de que el mantenimiento y la promoción del empleo «es siempre un problema complejo», para cierta visión economicista, «el trabajo es mera mercancía». En su reflexión detalla una relación de «desafíos preocupantes» que se vislumbran en el contexto actual como son «la robotización, el tele-trabajo y nuevas técnicas de producción» que «amenazan con sustituir la mano de obra humana por máquinas eficientes». Esto que en su momento «fue motivo de esperanza» por las posibles reducciones de jornada o mejora de las condiciones laborales, «está resultando en mayor precariedad y en una mayor proporción de población con dificultades para acceder al empleo de calidad».
La economía humanista
El obispo Administrador diocesano defiende que, «la economía humanista nunca pierde de vista el valor de la integración comunitaria«. «No es justo que el progreso se haga a costa de los pobres o que resulte en mayores tensiones sociales«, denuncia. Prosigue manifestando que «ahora que las vacunas nos permiten pensar en un futuro cercano donde puedan mejorar las condiciones sociales y económicas, es importante que sindicatos, organizaciones empresariales e instituciones políticas hagan lo posible para evitar que la vuelta a la normalidad tenga como efecto secundario un aumento de la precariedad y del paro«.
En el texto explica que gracias al trabajo “podemos fortalecer esa vida fraterna que Cristo defendió y por la que murió«. Y en esta cuestión no solo se refiere a las personas que están en empleos remunerados, sino que pone en valor otras personas que «voluntariamente» prestan «servicios esenciales«, como son las que cuidan en los hogares, las que colaboran en asociaciones culturales, deportivas o religiosas «contribuyendo así al bienestar del conjunto de la comunidad».