El mercurio subía y subía, pero no pudo con el calor y el color de la diversidad de personas que acudieron a disfrutar del Día de la Caridad. Buen ambiente, agradecimiento, reconocimiento, solidaridad, acción de gracias… fueron algunos de los ingredientes que prepararon en Gernikalde para celebrar una jornada bien sustanciosa.
El obispo presidió la Eucaristía, en la que recordó la importancia de «partir el pan» que significa «repartir todo lo que recibimos gratis de Dios y que por eso mismo, queremos que llegue a mucha gente». También subrayó que el cristianismo de compromiso y cercanía no se puede oponer a un cristianismo de devoción eucarística y espiritualidad que «en nuestra Iglesia están profundamente unidas«.
Mercadillo solidario
Algunas personas se animaron a realizar uno de los recorridos que proponían desde la organización. Uno de ellos hasta Forua, para visitar los restos arqueológicos de un poblado romano. Otros, prefirieron conocer el centro de la villa, sus parques y los lugares más emblemáticos. Y otras personas, optaron por tomarse un refrigerio para hacer frente al calor bochornoso.
A las 13:00 h. se citó a los participantes en la plaza del mercado, donde montaron un mercadillo solidario de libros de segunda mano con la colaboración de la ikastola la Merced. El dinero recaudado se destinará a `Lurre hurre´, para ayudar a jóvenes migrantes en Bermeo. Finalizó el encuentro con una comida en la ikastola San Fidel.
Imágenes del Día de la Caridad (Fotos: Gontzal Fernández)