Ines Becerra dice que como San Juan de Dios es un hospital pequeño, y ante la baja de muchos profesionales, “todos ahora estamos sintiéndonos compañeros y no nos distinguen ni separan las profesiones. Solo somos compañeros y -exceptuando el personal sanitario de las plantas, que están en primera línea de atención personal-, ayudamos todos a lo que haga falta”.
Becerra se ofrece para cualquier cosa en la que pueda ayudar, “desde acompañar, a echar una mano en la lavandería, mantener contacto con las familias por teléfono (porque aquí tampoco vienen a visitar ahora), llevar recados, mensajes, cosas, de aquí para allá, incluso he podido poner en funcionamiento al servicio de todos la elaboración de mascarillas de tela para uso personal, y para los familiares mayores de los trabajadores,…”.
Ha tenido que dejar su despacho, ya que estaba dentro de la planta que se ha puesto a disposición de Cruces para el Covid 19. “Así que me he salido con lo imprescindible. Sigo animando a primera hora de la mañana a mis contactos de móvil para empezar el día ‘en tono’ y hago oración a ratos aquí y en casa. Todo esto pasará, seguro, pero mientras tanto, somos personas que se dan así, sencillamente, a otros. Un beso muy grande y adelante que todo esto pasará. En adaptación continua”.