En el año 2017 echó a andar el grupo de paz y reconciliación de Erandio. Aunque comenzaron seis personas junto al presbítero Manu de las Fuentes, el grupo se ha reducido «porque no es fácil sacar todo lo que llevamos dentro y esto te rompe«, reconoce Pilar García. Ella y Covadonga Martínez junto con Manu y la ayuda del responsable del ámbito diocesano, Galo Bilbao, siguen reuniéndose y organizando diversas acciones para dar algunos pasos en el difícil camino de la reconciliación. «Aún queda mucho por hacer«, reconocen. «Yo me había cruzado muchas veces con la madre de Fabio por la calle y no fui capaz de hablar y llorar con ella por el asesinato de su hijo«. 28 años más tarde, Pilar tomó un café con ella y le impactó su reacción «dice que nadie le tiene que pedir perdón» y «escuchar eso de una madre a quien han asesinado a su hijo, te remueve».
Covadonga, hija y hermana de guardias civiles lo ha pasado mal y «aunque todavía hay mucho por andar«, este grupo le ha abierto la mirada y darse cuenta que lo que le une a otras personas es el «dolor«. Desde ahí se puede hablar con quien no piensa como uno mismo, pero «para eso hay que mover muchas cosas internas«, señalan. Animan a otras parroquias a que formen grupos para ir dando pasos para intentar cerrar muchas heridas que aún continúan abiertas.
Desde él área de Paz y Reconciliación diocesana se propone recordar hoy a todos los niños y adolescentes cuyas cortas vidas fueron injustamente truncadas.