Con la previsión de que pasarán meses antes de que se restablezca la normalidad «que llegará de manera lenta y progresiva», el Consejo Episcopal celebrado el martes 21 de abril, acordó, por un lado, «promover la corresponsabilidad económica de la comunidad cristiana«. Por otra parte, los obispos y los vicarios, que donarán parte de su salario, proponen a todas las personas que trabajan en los diversos organismos y entidades diocesanas (sacerdotes y laicado) – en la medida de sus posibilidades- «un porcentaje de los ingresos mensuales para aliviar el déficit de la Caja Diocesana de Compensación (Alkarkutxa) y el conjunto de los costes salariales de curia, así como de organismos y entidades diocesanas».
En la nota, el Consejo Episcopal afirma que sabe que “muchos contribuimos ordinariamente a diversas causas solidarias” pero esta propuesta tiene otro carácter y solo se justifica en esta circunstancia extraordinaria. Son muchos los ámbitos a los que está haciendo frente la Diócesis de Bilbao durante esta pandemia y a la que se quiere seguir respondiendo adecuadamente. Entre las acciones que se están llevando a cabo está la labor desarrollada por Cáritas, los comedores sociales dando de comer a las personas necesitadas, la Fundación Lagungo ofreciendo soporte emocional y psicológico, Gizakia atendiendo a las personas con adicciones, Pastoral de la Salud y Penitenciaria acompañando espiritualmente en los hospitales y en prisión, el proyecto Begoñetxe de la casa de espiritualidad de Begoña atendiendo a personas sin techo, centros diocesanos fabricando equipos de protección para prevenir contagios, eucaristías on line y en las emisoras diocesanas…..