Para el 19 de mayo, festividad de Pentecostés, la Comisión diocesana de Paz y Reconciliación realiza una propuesta a las comunidades.
Al terminar la celebración, después de la oración final, salir en silencio del templo, «dejando que el cirio pascual nos preceda, como el día de la vigilia pascual». Se trata de expresar -señalan- «que somos enviados por Jesús resucitado a la misión de transformar las situaciones presentes de vulneración de derechos y la violencia ejercida contra la ciudadanía en muchos lugares del mundo«. De esta manera, tras la oración en silencio, se invita a llevar una vela a casa para «recordar el compromiso por ser artesanos de la paz, comprometidos con los procesos de sanación y reconciliación».
Compromiso por la paz y la reconciliación
A través del gesto, se quiere recordar «las terribles situaciones de tantos países golpeados por la violencia y la vulneración de derechos humanos».
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