Tras varios años de servicio a la diócesis desde el ámbito de la Pastoral de la Salud como coordinadora del Servicio Religioso en el Hospital de Santa Marina, Marimar afronta una nueva etapa. A partir de septiembre se desplazará a Madrid para desempeñar su nueva encomienda al servicio de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC general). La experiencia como presidenta diocesana de HOAC le ha permitido conocer más de cerca la realidad del movimiento que recientemente celebraba su 75 aniversario.
¿Cuál va a ser tu tarea?
La responsabilidad: animación al compromiso. Somos un equipo de seis personas de las cuales renovamos ahora 3 animación al compromiso, organización y vida comunitaria; y animación en la fe, consiliaría. Se mantienen representación, formación y difusión que renovarán dentro de dos años. Asumo esta responsabilidad para un periodo de 4 años.
Entre las tareas se encuentra el acompañar a las personas militantes en su compromiso evangelizador desarrollado en sus proyectos personales de vida. Somos llamados a salir de nuestras casas y acompañar el mundo del trabajo desde el encuentro con el otro y compartiendo vida y acción. Otro aspecto importante es la solidaridad internacional y el no olvidar que el mundo del trabajo no avanza si no lo hacemos en unidad.
¿Cómo te sitúas?
Con ilusión ante la propuesta que se me hace pero también con miedo. Siento que tengo mucho que aprender y espero no olvidarme de escuchar a quienes están a mi lado. Espero ser capaz de mantener el ánimo ante los retos que se presentan ante mí, en esta nueva tarea.
Del hospital al despacho ¿Mucho cambio?
Mi servicio en pastoral de la salud ha sido un regalo en mi vida y en este sentido, no ha sido fácil, tomar esta decisión. He crecido al lado de cada persona con la que he estado (compañeros y compañeras de la diócesis y del hospital, personas enfermas y familias,…). Ahora la tarea cambia, pero pienso que todo lo aprendido estos años sobre el cuidado en la fragilidad es algo que me va a seguir ayudando.
La situación del mundo del trabajo también necesita de la escucha, de acompañamiento, de sostener en la debilidad, y de mantenerse al lado de quien sufre a causa de la precariedad laboral y sus familias.
Últimamente se habla mucho de humanizar la sanidad, pero también el mundo del trabajo necesita ser humanizado. Colocar a la persona en el centro y dar respuesta a las situaciones de injusticia.
¿Qué retos te planteas?
Me parece fundamental trabajar en un cambio de mentalidad que nos lleve a creer con fuerza que las situaciones de precariedad se pueden cambiar, que seamos capaces de transmitir ilusión y esperanza, y que esto es tarea de todas las personas.
Marimar González
En la comunicación que Marimar realizaba al Pleno expresaba cómo está viviendo este proceso: “Estoy segura que este es el paso que me toca dar, que la lucha por la justicia es obra de muchas manos trabajando juntas, y no sirve quedarse en la comodidad de lo conocido. Sé que los retos no son fáciles de asumir y me enfrento a esta tarea con la incertidumbre de si seré capaz, sintiéndome pequeña y con pocos recursos. Así que cuento con la ayuda de Dios y con la vuestra para que sigamos avanzando en hacer del mundo del trabajo un mundo justo que no cueste la vida de nadie, para seguir luchando por lograr que el mensaje del Evangelio se haga realidad”.
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