La situación de confinamiento y la crisis sanitaria están afectando a nuestra vida diaria en muchos aspectos personales, emocionales y económicos. No sólo están cerrados los comercios, las tiendas o las empresas, también han cerrado al público archivos, bibliotecas, museos, iglesias, centros sociales… Se nos ha vetado el acceso presencial a gran parte de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial. Hoy, día del Libro se recuerda la importancia de digitalizar el patrimonio para facilitar el acceso a toda la población. Anabella Barroso resalta que «incluso podemos hacer de la necesidad virtud y aprovechar para automatizar procesos e innovar en el uso de medios, renovar servicios y nuevas formas de atención y comunicación que nos van a generar cambios importantes en un futuro no lejano y que plantean grandes retos para la gestión documental y la preservación digital«.
López Eguilaz, recuerda la frase escrita por Publio Terencio en el año 165 ac “Nada de lo humano nos es ajeno” que, a su juicio “expresa bellamente uno de los pilares de la fe cristiana. Las bibliotecas de la Iglesia -dice- se miran también en esta premisa desde su papel en la recogida, conservación y puesta disposición de la sociedad de nuestro patrimonio bibliográfico”. En la Biblioteca Diocesana abundan las obras de todas las ramas de la teología, de filosofía, de derecho canónico, pero también obras de literatura, arte, sociología, historia, derecho, pedagogía, psicología… afianzando el carácter humanista de la misma. Hace unos días Eguilaz elaboraba una lista de libros recomendados, que se pueden encontrar en este enlace.
«Hoy en el día del libro queremos recordar que el cierre de entidades culturales y en especial de las bibliotecas está privando del acceso a la cultura y a la información a gran parte de la población – señala Barroso-. No todo el mundo tiene una biblioteca en su casa, ni tiene medios para leer libros electrónicos… queda mucho por avanzar».