A raíz de hacer el Camino de Santiago, Susana Mallo, volvió a la Iglesia. Tras la primera comunión, no había vuelto a la parroquia, pero la experiencia hizo que «renaciera» a la fe.
Volvió a la parroquia con un grupo de jóvenes y es cuando descubrió que «Cristo está vivo«. Tuvo la oportunidad de vivir una experiencia en el Norte de África y allí conoció la labor de diferentes congregaciones religiosas.
Cuando se encontró con las hermanas sintió «envidia» porque las veía felices y ella no se sentía así.
Es religiosa Sierva de Jesús y comparte comunidad en el Sanatorio Bilbaíno proporcionando asistencia sanitaria especializada a la ciudanía de Bizkaia «haciendo más humana y cercana la atención profesional«.
Es intérprete de lengua de signos y acompaña a las personas sordas en las eucaristías que celebran en la catedral. Señala que, «gracias a sor Elena, Hija de la Caridad que les ha acompañado durante años y al responsable de Pastoral del Sordo, Sergio Buiza, ha aprendido el vocabulario religioso«.
📌Martxoak 8 emakume. Gaztea eta lekaimea.
— Bilboko Elizbarrutia (@DiocesisBilbao) February 15, 2024
📌Conociendo la vida y recorrido de fe de otra de las 8 mujeres que reconocerá la Diócesis de Bilbao el 8 de marzo. pic.twitter.com/tSRItj6szT
Las Siervas de Jesús
La Orden de las Siervas de Jesús, congregación religiosa de derecho pontificio, fue fundada en el verano de 1871 en Bilbao por la vitoriana Santa María Josefa del Corazón de Jesús, canonizada por Juan Pablo II en el año 2000. En la actualidad está extendida en 18 países con destacada presencia en Sudamérica y territorios tan lejanos y dispares como Camerún y Vietnam. La casa matriz se encuentra ubicada en la bilbaína Avenida de las Universidades; antes su sede estuvo en la calle La Esperanza, luego en La Naja-Naxa. Surgió para estar cerca de las personas necesitadas, las enfermas, para atender a las personas mayores y necesitadas.
Las Siervas de Jesús – distinguidas en 2012 como ‘Bilbaínas Ilustres’- vienen haciendo una labor importantísima con enfermos terminales de VIH desde 1996, en el Centro de Acogida Santa María Josefa, un edificio de seis pisos en la zona de Bilbao La Vieja. Atiende también a personas en riesgo de exclusión social.